Matías Almeida García nació en el Hormiguero (Santa María de Guía) un 24 de febrero de 1923. Hijo y nieto de agricultores, dedicó su vida a esa labor, que alternaba con su vocación musical.

Aprendió a tocar el timple desde niño con sus hermanos mayores, a quienes acompañaba a tocar a los bailes de las Tres Cruces, en pantalones cortos, como todos los adolescentes de la época. Siguió tocando por su cuenta y. fijándose en otros músicos, aprendió además a tocar la guitarra, la bandurria y el laúd, pero siempre destacó por la bandurria. Ya de joven no solo tocaba en Tres Cruces sino también en la Cueva del Bernagal (Palmita!). en Bailes de Taifa y en reuniones de amigos y conocidos.

Formó parte de parrandas en Carnavales y también en ranchos canarios que iban cantando y tocando a Teror la víspera del Pino. Y. como no. serenatas nocturnas. Según nos cuenta él mismo, iba caminando hasta Moya a dar serenatas.

En Moya, Cabo Verde y los Dragos, amenizó también bastantes bailes, en uno de los cuales conoció a la que luego sería su esposa, que procedía de Cabo Verde. Participó en las deshojadas de Mondragones y Tres Palmas, donde, al finalizar se organizaban bailes.

Estuvo ensayando en San Felipe a un grupo de jóvenes que cantaba villancicos y participó además en numerosas romerías en su barrio, I-araylaga, donde vivía. Cuando se construyó el Salón Parroquial y se empezaron a realizar las primeras fiestas de su barrio, era él quien alegraba las veladas con su música tanto en Navidad, Carnaval como en las romerías del barrio. De eso son testigos sus vecinos.

De soltero, formó parte de la rondalla de Chanito en Santa María de Guía, donde conoció a Juan Quintana (el Claca) y a Lorenza la Colora.

Se casó en 1949, a los 27 años. Eran años difíciles. Por sus obligaciones de padre tuvo que abandonar la rondalla, pero años más tarde pasó a formar parte de "Estrella y Guía", que acababa de nacer, y en la que permaneció entre 8 y 10 años. En ella, participó en un homenaje a Néstor Álamo, hace aproximadamente 20 años, y que se celebró en la antigua iglesia de San Antonio.

Luego pasó a formar parte del grupo de la 3a edad "Los Incansables de la Atalaya", donde estuvo hasta que la enfermedad de su esposa le obligó a dejarlo para cuidarla a ella hasta el fin de sus días, en el 2001.

Estuvo retirado de la música durante 5 años hasta que, hace 3, se incorporó al grupo "parranda de Gáldar lo nuestro" en la que, esporádicamente, toca la bandurria. Con este grupo participó en un homenaje a Juan Quintana (el Claca) en el teatro Guayres.
Ha sido maestro de tocadores sin ánimo de lucro y de forma desinteresada enseñó a tocar a tres de sus hijos y a varios sobrinos, vecinos y conocidos del Hormiguero, Mondragones, Casa de Aguilar... algunos de ellos ya fallecidos.

Por todo ello, creo que este es un homenaje muy bien merecido para un hombre que ha dedicado toda su vida al folclore canario.